COCINA ABIERTA O CERRADA

¿Quieres redistribuir tu cocina y te haces la eterna pregunta? Ambas opciones son buenas, e incluso se puede integrar con el resto de la casa sin abrirla del todo, solo tienes que saber qué tener en cuenta.

Empieza por hacer una lista de lo que necesitas en base a tus necesidades de uso del día a día, y finalmente las medidas y formato del espacio te darán las claves para elegir la distribución más acertada.

Por ejemplo, si tu cocina es muy estrecha plantéate abrir un lateral para conseguir más amplitud y apuesta por una distribución longitudinal o en L. Si necesitas una solución compacta, adósala a una pared y ábrela del todo. Si por el contrario es más cuadrada, lo mejor es una distribución en U. Sea cual sea tu caso, decídelo contando con cómo quieres que sea su relación con el resto de la casa.

COCINAS ABIERTAS

La protagonista de las cocinas abiertas, que es el elemento límite entre las dos áreas y el que facilita su integración, es la isla. Ésta pieza debe colocarse en el sitio clave y a partir de ella distribuir el resto del espacio. Una vez que la tengas ubicada libera el espacio aéreo, integrando el almacenamiento y los electrodomésticos en un mueble de suelo a techo adosado a una pared. En cuanto a los fuegos y el fregadero, piensa para ellos un lugar que no destaque demasiado. Por último, elije bien los acabados para crear una imagen estética que sea compatible con la que tengas en el salón.

COCINAS CERRADAS

En una cocina cerrada hay que jugar con la distribución. Puedes inspirarte  en las cocinas de los restaurantes, dónde el bloque de trabajo se centraliza a modo de isla. Puedes adosar la mesa en un extremo de ésta y utilizar las paredes únicamente de almacenaje. Es una buena opción para este tipo de cocinas eliminar las puertas y crear pasaplatos para crear nexos de unión. Por último, no olvides la luz natural para este caso. Usa la distribución para darle protagonismo a la ventana o abre la cocina a la terraza.

 

COCINAS SEMICERRADAS

Otra buena opción es abrir la cocina sin que invada la zona de estar, integrándola en un pasillo, distribuidor, etc. dejando que actúe como nexo de unión entre zonas públicas y privadas; o en algún apéndice o espacio quebrado formando una L entre los dos espacios, donde la mesa de comedor actúe de unión entre ellos. Un comodín muy práctico que se puede usar en las tres opciones, en mayor o menos medida, son las puertas y mamparas de vidrio. Si has elegido una distribución que te lo permita apuesta por ello. Actúan de barrera para los olores, se pueden abrir e incluso se les puede añadir un estor si alguna vez se desea un límite visual. Sea cual sea tu decisión, ¡la versatilidad siempre es un valor añadido!

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